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                                                                                                          Kondrátieva A.,
                                                                Iturrarán J.,
                                                                            Sánchez Megido L.,

Rusia–España

 

LA HAZAÑA MORAL Y CULTURAL

DE LA EMIGRACIÓN ESPAÑOLA EN RUSIA

(en memoria de aquellos españoles que contribuyeron a la creación

y al desarrollo de la filología y cultura españolas en Rusia)

Quisiéramos proponerles volver a los años 1936–1939, cuando la atención de todo el mundo estuvo centrada en los acontecimientos trágicos que tuvieron lugar en la España Republicana. El resultado de la derrota de la República en la Guerra Civil fue el éxodo de más de un millón de españoles. Muchos de ellos se quedaron en Francia, un gran número emigró a América Latina, principalmente a Méjico, Chile y Argentina. Es bien conocida la influencia y la profunda huella que han dejado los españoles republicanos en la cultura, enseñanza y vida social de estos países, sobre todo de Méjico. Era de esperar, porque allí se concentró la flor y nata de la intelectualidad repúblicana española.

Pero también hubo un número considerable de españoles que llegaron a la Unión Soviética. Entre ellos maestros (María Rodríguez Iriondo, Luz Megido, Libertad Fernández, Josefina López Ganivet, Concepción Bello, José María Meseguer, José Bravo, Agustín Vilella y muchos otros), profesores (Alejandra Soler, María Luisa González y otros), abogados (José Laín Entralgo, Vicente Sánchez Esteban, Vicente Talón y otros), arquitectos (Luis Lacasa), escritores (César Arconada), pintores y escultores (Alberto Sánchez), periodistas (Arnaldo Azati, Eusebio Cimorra) y muchos otros que quedan por nombrar. Todos ellos contribuyeron enormemente a la divulgación de la cultura española en Rusia.

Ante todo nuestro recuerdo y nuestras palabras de gratitud son para las educadoras y maestras, que llegaron en el 1937 con los niños españoles refugiados en la URSS durante la Guerra Civil. Estos niños fueron enviados por el gobierno republicano y con el consentimiento de sus padres, pero las educadoras y maestras fueron voluntarias, no quisieron abandonar a los niños; todas ellas mujeres, porque los hombres quedaron en los frentes. Gracias a su trabajo abnegado y ejemplar los niños españoles conservaron su lengua materna, el amor a su Patria, a su cultura y tradiciones. Quisiéramos recordarlas otra vez más con inmenso cariño.

En 1939 después de la caída de la República llegan los exiliados. Como hemos dicho más arriba entre ellos –gran número de intelectuales, la mayor parte de los cuales se incorporan inmediatamente a la enseñanza en las casas de niños. Sus amplios conocimientos y experiencia, su alta moral y ejemplar conducta significaron un gran aporte a la educación y formación de los niños. De los llamados hasta hoy niños de la guerra se formaron magníficos profesores de español, hispanistas, intérpretes y traductores, redactores, locutores, arquitectos, historiadores, cineastas y hasta directores de escena. Y siempre sus actividades profesionales estaban relacionadas tanto con el idioma español como con la cultura española en general.

Todos los acontecimientos históricos, primero la República, después la Guerra Civil y como consecuencia la llegada de los niños españoles suscitaron un gran interés hacia España y especialmente hacia el idioma español en Rusia. Se abren nuevas cátedras de castellano en los centros universitarios, redacciones en las editoriales, en las agencias de prensa, en la radio. Se traducen muchísimas obras literarias del ruso al castellano y viceversa, se publican periódicos, libros, revistas en español. Por fin el español llegó a ocupar su merecido lugar entre las lenguas europeas que enseñaban en la URSS. Para todo eso se necesitaban muchos, muchísimos especialistas. Fue entonces cuando los intelectuales españoles dieron su mayor aporte. Una vez disueltas las casa de niños, ellos empezaron a trabajar en todas las ramas de la cultura relacionadas con su idioma. A ese ejército de hispanistas también se unieron los traductores e intérpretes (en total fueron 204) que trabajaron durante la Guerra Civil Española, algunos de ellos de origen argentino (Adelina Kondrátieva, Paulina Mamsúrova, Clara Rosen y otros). Las dos primeras fueron destacadas profesoras de español.

Primeramente quisiéramos detenernos en los centros universitarios. Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial (que en la URSS recibió el nombre de la Gran Guerra Patria) empezaron a funcionar en Moscú cátedras de español en el Instituto Militar de Idiomas Extranjeros, después en el Instituto de Idiomas Extranjeros, más tarde en el de Relaciones Internacionales, en el Pedagógico y también en otras ciudades: Leningrado, Kiev, Irkutsk, Piatigorsk, etc. Con el esfuerzo de los ex-maestros, profesores, filólogos españoles conjuntamente con los especialistas rusos fueron sentadas las bases de la enseñanza del español, creada la metodología, ya que en Rusia casi no existía la tradición de la enseñanza del español, a diferencia sobre todo del francés y alemán. Se escribieron manuales, se editaron diccionarios y gran número de materiales didácticos. No debemos olvidar a los destacados hispanistas rusos Olga Vasilieva-Shvede y Gueorgui Stepanov, ambos de Leningrado, que escribieron la primera gramática teórica del español en colaboración con los españoles. Más el foco principal, digamos el centro didáctico, el alma mater fue el Instituto de Idiomas Extranjeros, hoy día la Universidad Estatal Lingüística de Moscú. Se ha creado una gran cátedra de traducción, donde han trabajado excelentes profesores como: José Bravo, Justo Nogueira, Luz Megido, Concepción Bello, María Lecea, Josefina Iturrarán y otros. En el Instituto de Relaciones Internacionales trabajó otro grupo de brillantes profesores: Agustín Vilella, María Rodríguez Iriondo, Pilar Pillares y otros. En la Universidad Estatal de Moscu Lomonósov fue María Luisa González, la alumna predilecta de Don Miguel de Unamuno, quien mantuvo vivo el espíritu del castellano. Esposa del destacado bibliotacario republicano Juan Vicens, que montó las Bibliotecas Populares y llevó los libros a trincheras republicanas. Ambos grandes amigos de Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Buñuel. En la Academia Diplomática se llevaba la palma Alejandra Soler, graduada en la Facultad de Filisofía y Letras de la Universidad de Valencia. Mujer de extraordiaria cultura que encabezó la cátedra de lenguas romances en dicha Academia. No debemos olvidar a los ilustres profesores como fueron Arrom y Vidal, autores del primer manual de Comercio Exterior en castellano. Gracias a la formidable labor de todos estos grandes maestros se formaron los futuros profesores de español, traductores, filólogos, historiadores, diplomáticos e hispanistas.

En las editoriales han trabajado como traductores y redactores otro grupo de intelectuales de altísimo nivel como: José Laín Entralgo (hermano del ilustrísimo ex-director de la Real Academia Española Don Pedro Laín Entralgo) que tradujo las obras de Shólojov, Dostoyevski y Alexei Tolstoy; Vicente Pertegás, gran traductor, relacionado con el mundo del cine. En la revista “Literatura Soviética” colaboraron los hispanistas rusos veteranos Fiodor Ivánovich Kelin, Irina Tiniánova y los intelectuales españoles: César Arconada, Vicete Sánchez Esteban, José Santacreu. Su colaboración contribuyó al enriquecimiento mutuo de culturas y experiencias rusas y españolas.

En la editorial “Progreso” ha trabajado un gran equipo de traductores tales como: José Vento, Vicente Sánchez Esteban, Federico Pita, Venancio Uribes, Josefina López Ganivet y otros. Esta última, sobrina del famoso escritor y diplomático español Ángel Ganivet, supo transmitir la finura y la elegancia de la pluma de su tío en sus traducciones y trabajos literarios. En la redacción española de “Radio de Moscú” brillaron las plumas periodísticas de Eusebio Cimorra y Arnaldo Azati (hijo del conocido periodista valenciano Azati– colaborador y amigo del famoso escritor español Vicente Blasco Ibáñez). En la Agencia Informativa TASS trabajó otro destacado periodista– Vicente Talón.

En lo que se refiere a la literatura y arte sería necesario la figura de nuestro escritor en la emigración– César Arconada que realizó la puesta en escena de La Gitanilla de Don Miguel de Cervantes en el Teatro Gitano de Moscú. La obra tuvo un gran éxito y permaneció durante varias décadas en el repertorio del teatro. Ya que hablamos de teatro no podemos olvidar a Alberto Sánchez, escultor y pintor, uno de los pioneros en el género del arte moderno. Realizó las decoraciones para las obras de Federico García Lorca (Bodas de sangre, La zapatera prodigiosa, La casa de Bernarda Alba) y para La Gitanilla de Cervantes, también hizo los bocetos para la famosa película Don Quijote. Entre los españoles ilustres que residieron y trabajaron en Rusia deberíamos recordar al arquitecto Luis Lacasa, autor de uno de los edificios universitarios de Madrid, así como de otras composiciones arquitectónicas madrileñas, al viejo Virgilio Llanos, gran aficionado al teatro español.

Todos han sido personajes extraordinarios que han divulgado la cultura española en Rusia y no solamente en Rusia, ya que desde Moscú el hispanismo irradiaba a otros países cercanos: China (María Luisa González, Kety Rodríguez, María Lecea y otros), Rumania (Palmira Arnáiz, José Antonio Uribes, Mendezona, Juan Vicens), Checoeslovaquia (Alejandro Kuper, José Vento, Venancio Uribes).

No podemos dejar de subrayar el gran papel que desempeñó y sigue desempeñando el Centro Cultural Español. Primero patronizado por los Sindicatos Rusos y ahora por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y la Embajada de España en Moscú, durante muchos años de exilio ha desarrollado una actividad cultural muy intensa. En su marco se organizaron círculos dramáticos, de baile, coros. Se ponían en escena las mejores obras del teatro español, se cantaban canciones y se bailaban bailes de todas las regiones españolas. La coreógrafa del Bolshoi Teatr (Teatro Grande) Violeta González, otra niña de la guerra, puso todo su empeño para que sus discípulos ya españoles o rusos aprendieran los genuinos movimientos de la danza española. El centro organizaba veladas, charlas, exposiciónes, encuentros con personalidades destacadas, proyecciones de películas y siempre a todas estas actividades fueron invitados los estudiantes de español o todos aquellos que se interesaban por nuestra cultura. En aquel antonces no era fácil viajar al extranjero y es en el Centro Español de Moscú donde los rusos podían relacionarse, compenetrarse con los españoles, respirar un poco de aire español, era como un trocito de la tierra española en la capital rusa. Y esa tradición se mantiene hasta el día de hoy y sigue desarrollando, así que a las actividades que lleva el Centro Español se les ha añadido el programa inmenso de actividades culturales y educativas (cursos de español, exposiciónes, encuentros con personalidades destacadas, proyecciones de cine, etc.) que ha realizado el Instituto Cervantes de Moscu abierto en 2002 bajo el patrocinio del Rey de España.

No podemos mencionar todo y a todos, fueron muchísimos aquellos españoles y cada uno de ellos aportó su grano de arena a la hermosa labor de la divulgación de la cultura española en este país. No debemos olvidar que frecuentemente las condiciones economicas fueron dificilísimas y muchas veces hasta trágicas.

Los exiliados españoles en Rusia han realizado a lo largo de más de medio siglo una gran y abnegada labor que constituye una auténtica y patriótica hazaña tanto moral como cultural.

Fuente: III Conferencia Internacional de Hispanistas de Rusia, Moscú 2008 http://hispanismoruso.ru/wp-content/uploads/2013/02/Sektsiya-3B.pdf